Introducción
La costumbre de
reunirse en bandos, muy extendida en invierno, desaparece al llegar
la época de cría, cuando las parejas de calandrias se reparten para
anidar en campos abiertos, cultivados o baldíos, así como en
pastizales o entre plantas halófilas. Allí los machos se elevan a
veces a considerable altura y vuelan en círculos emitiendo un canto
parecido al de la Alondra Común, pero fuerte y con frecuencia
imitativo, que dura varios minutos, tras lo cual se lanzan a tierra
con un vuelo en picado. El reclamo es un grito nasal característico.
El nido está situado en una depresión
del suelo, generalmente oculto por una planta. Realizada la cría de
los cuatro a seis pollos, cuando éstos pueden volar, se reúnen con
los adultos en bandos más o menos numerosos.
La Calandria Común es una especie
característica del Mediterráneo, y aunque su área se extiende por
el este hasta las regiones del Caspio y Aral, falta en las Baleares,
donde ha sido observada, al parecer, rarísima vez. En cambio, en la
Península es bastante común en terrenos apropiados, faltando en una
ancha franja norteña y en Galicia.
Identificación:
Es la mayor de las alaúdidas; macho: robusto pico pardo-amarillento;
por encima, pardo negruzco con bordes posteriores de las alas
pardo-grisáceos; por debajo, blancuzco, con pecho ocráceo algo
listado de pardo, y una gran mancha negra en forma de cuerno a cada
lado de la base del cuello; en la hembra, manchas más pequeñas.
Nidificación:
Nido, de hierbas secas, en tierra, junto a alguna
planta, en sembrados de cereal o barbechos; puesta, de abril a junio,
de 4 a 6 huevos blanco sucio, muy manchados de pardo y de gris;
incubación, por la hembra, de unos 16 días; los pollos vuelan tras
unos 12 días; a veces dos crías.
Alimentación:
Especialmente hierbecillas; también insectos, como coleópteros y
dípteros.
Hábitat:
Matorrales y campos baldíos
Melanocorypha calandra
La Calandria Común
Melanocorypha calandra, es la más corpulenta de la familia. El macho en
plumaje nupcial tiene las partes superiores pardo grisáceas rayadas de
negruzco; observado en la mano se pueden apreciar bien los bordes
blanquecinos de las plumas de la espalda, sobre todo después de la completa
muda en el otoño. A pesar de ello este pájaro parece muy oscuro, casi negro
en vuelo, lo mismo visto por encima que por debajo. El mentón y la garganta
son blancos como el bajo pecho y el vientre. La parte superior del pecho
está listada de pardo y es de color ocráceo claro. Con alas desplegadas se
notan muy bien los puntos blancos de las primarias y secundarias, que
contrastan mucho con el color generalmente negruzco del pájaro. A los lados
de la base del cuello tiene una mancha negra alargada, muy visible de cerca,
pero no apreciable a la distancia a que normalmente permite que nos
acerquemos sin volar. La cola corta es pardo negruzca y las dos rectrices
exteriores de cada lado tienen gran parte de su superficie blanca. El pico
es cónico y la mandíbula superior muy oscura por encima; la inferior es
amarilla; las patas son pardo amarillentas y los ojos pardos.
Las hembras tienen pocas
diferencias en el plumaje a no ser las manchas negras de los lados del
cuello que son algo más pequeñas. En el invierno estas manchas en ambos
sexos son menos notorias. Por desgaste del plumaje las calandrias llegan a
ser muy oscuras y de lejos parecen negras al volar.
La Calandria vive en
terrenos áridos y pedregosos, en estepas, cultivos, zonas desérticas
arenosas y con escasa vegetación, praderas con hierba rala, etc. Allí es
fácilmente observada, sobre todo a partir de marzo cuando los machos cantan
muy fuerte de forma que recuerdan mucho a la Alondra Común. Desde el suelo o
de un posadero bajo levantan el vuelo, mostrando sus alas oscuras, largas y
puntiagudas y la cola proporcionalmente muy corta para el gran tamaño de
este pájaro, que muestra las rectrices centrales muy oscuras, casi negras,
en contraste con las exteriores blancas. El vuelo es boyante y difiere
bastante del de la Alondra Común. Cuando está alarmada adopta
momentáneamente una curiosa postura, poniéndose en cuclillas en vez de salir
volando inmediatamente. Al elevarse, comienza a cantar y alcanza gran altura
hasta casi perderse de vista, cerniéndose pico al viento y girando durante
varios minutos sobre su territorio, descendiendo paulatinamente hasta que al
estar a 80-100 metros del suelo se lanza en picado hacia él. Su canto es más
sonoro quizá que el de la Alondra Común. Aunque la Calandria tiene notas más
aflautadas, intercala con demasiada frecuencia otras raspantes que estropean
la melodía que uno podía esperar de tan potente y agradable voz. El
ornitólogo alemán Hartert escribía a este respecto: «La Calandria Común es
un maravilloso cantor; su voz es más alta y aflautada que la de la Alondra
Común, pero resulta interrumpida constantemente por notas raspantes,
careciendo de la calidad alborozada de aquella; se dice de ella que imita
muy bien el canto de otros pájaros; evidentemente es así, pero no todas las
calandrias lo hacen».
La alimentación está
basada sobre todo en materia vegetal. Durante el otoño e invierno come gran
cantidad de semillas de gramineas y cereales, pequeños brotes tiernos de
plantas, hierba y sobre todo busca las semillas del cáñamo. A partir de
abril devora innumerables insectos, arácnidos y pequeños moluscos y
lombrices de tierra.
Anida en el suelo, casi
siempre al abrigo de una planta o pequeña mata y más rara vez en campo
abierto sin defensa. También aprovecha cualquier depresión en el terreno con
preferencia en campos de cereales. La hembra realiza la construcción de una
somera estructura de hierba seca y tallos o paja, forrado el interior con
hierba más fina. A partir de la mitad de abril casi todas las calandrias del
sur y centro de Iberia han comenzado las puestas, algunas ya a primeros de
mes. Normalmente éstas consisten en 5 huevos y a menudo también 4. Puestas
superiores de 6 y 7 huevos son más raras y las observadas por algunos
ornitólogos de 3 huevos ligeramente incubados, probablemente estaban aún
incompletas. El color es ligeramente verdoso, pero en cuanto llevan
incubados unos días son casi blancos o blanco sucio muy manchados y
punteados de pardo ocráceo o gris. Para 100 huevos obtenidos en España,
Jourdain y Rey dieron un promedio de medidas de 24,2 x 17,8 mm. con un
máximo de 27,1 x 18,9 mm. y uno muy pequeño de 23 x 16 mm. La hembra incuba
durante 12-14 días y los pollos son muy vivaces, saliendo del nido a los
11-12 días, pero no volando antes de cumplir los 20 días cuando ya están
completamente emplumados. Antes de la muda en el otoño, sus partes
superiores son más amarillentas y las manchas negras de la base del cuello
menos visibles, estando las plumas que las forman bordeadas de blanco.
La Calandria Común es
especie típicamente mediterránea que, sin embargo, falta en las islas
Baleares. Abunda en Andalucía y en toda la España cerealista, pero los nidos
están muy separados unos de otros y las calandrias se ven muy diseminadas en
época de reproducción. Localmente es numerosa. En Portugal alcanza una
densidad baja y parece más abundante en la provincia norteña de Tras os
Montes. En el resto de Europa es escasa y en disminución en el sudeste de
Francia, Cerdeña, mitad sur de Italia, Balcanes y por el Este hasta el sur
del Cáucaso. Da la impresión que también en España disminuye. En la zona
Norte y en Galicia no anida, pero no era rara su presencia en el otoño hace
años. Ahora, apenas se ve o se captura algún ejemplar. No es improbable que
los crecientes tratamientos con plaguicidas hayan contribuido a envenenar
muchas calandrias en los campos españoles, donde llegó a ser una especie muy
abundante. Los bandos que se forman todos los años a partir de los últimos
días de agosto, incluyendo en ellos pájaros jóvenes nacidos en el año y los
adultos, vagan por rastrojeras y campos de cultivó hasta el final del
invierno. Su gorjeo nasal que se podría expresar como ¡¡klitrr!! se escucha
por todas partes donde haya sido recogida una cosecha de cebada o trigo.VIDEOS